dissabte, 27 de febrer del 2010

Con el tiempo cambian los gustos



A veces, sin querer, pasas por un sitio en el que te cobijaste, y sin querer, por el rabo del ojo, se te cuela la esquina donde estaba su mesa. Coges un poco más de aire, y sigues andando, puede que gires la cabeza para intentar ver algo más, pero no disminuyes el paso, y cuando llegas a la esquina cruzas en diagonal a la otra acera para alejarte del sitio donde la besaste. Y tú, sólo pasabas por allí, de casualidad ibas a un recado, y esa calle te ataja el camino, y has pasado antes tantas veces, que no creíste que te fuera a afectar, y bueno, hay que enfrentarse a los fantasmas.

Te has parado en seco, de hecho llevas cinco minutos parado en mitad de la estrecha acera de enfrente frente a la estrecha acera del sitio en el que te cobijaste. Huele a pastel de zanahoria, no es verdad, es imposible que a esa distancia puedas oler nada, pero de pronto todo huele a pastel de zanahoria con té negro y azúcar moreno después de una comida en el baño del edificio donde trabaja, tres manzanas más allá.

Aún tienes el regusto de sus besos untuosos, tanto que abreviaban el paseo de los camareros con las jarritas de leche, para el té. Nunca habías probado la tarta de zanahoria, y nunca más la probarás. Pero devorabas aquellos terrosos ladrillos, dulces dulces en el tenedor, y salados entre sus labios y dedos.

Con el tiempo cambian los gustos, pero no se olvidan los buenos recuerdos.

dijous, 25 de febrer del 2010

A la coda


Pocas veces, contadas, un libro, un disco, un cuadro, una foto, me llevan a escribir algo. Me quedo paladeando el buen gusto que me han dejado, produciéndome a la vez una sensación de vacío, como si la tensión emocional de querer devorarlo adecuadamente, se llevara toda posibilidad de poder expresarme sobre lo sentido.

Creo que también es un miedo a la majestad, un miedo a no querer compararme con la belleza sublime de un texto perfecto, de no encontrar el adjetivo a ese color, a ese encuadre que yo no vi cuando fotografié el mismo rincón.

La contra la tengo con los sentimientos que me producen los humanos, y mira tú que no puedo parar de cascar de unos y otros, y venga y dale, y fíjate tú el fulanín y la menganilla, y date cuenta de esto que es y no es y lo mal que lo van y lo bien que lo dicen, y de que manera se lo comen, y venga, y dale que dale que dale.

¡Pero si de algo soy un experto en el arte de la descripción de especies!...

¡Pero si por algo cursé matemáticas avanzadas en el Centro de Cálculo de Espías Especiales Espaciales!...

Es:… (chán chán chán chánnnnnn) para traeros de nuevo al desconocido y esperado: ¡¡¡MUNDO ZROLLI!!!

(Próxima aparición en tu blog, nuevas aventuras de Cris, nuevas intervenciones de hermosos arcángeles, y la esperada reaparición de Niki y su deseada cola)

(No dejes de leer el siguiente capítulo: “Me maquillo mal mientras me miras, me mata”). Coda.

dimecres, 24 de febrer del 2010

El hiperrealismo juerguista de Juan Francisco Casas



Hace bastante tiempo que tengo que hacer un inventario de mi bagaje cultural para enfrentarme a determinados autores, he de saber el porqué de su movimiento, su contexto social, su obra anterior. La decisión de si me gustan o no, la definitiva, siempre la suelo tomar frente a su obra, y esa viene generada por un sentimiento que es muy difícil de explicar. Otro día será el adecuado para hablar de conceptos como abstracción, cubismo o surrealismo, y de aquellos nombres que ilustrarían esas corrientes.
Hoy quiero recordar el cuadro de Antonio López, Madrid desde Vallecas, a Eduardo Naranjo por sus sueños extremeños, y a mi querido Manuel Gómez Ribero.
Hoy quiero hablar de realismo y de hiperrealismo.
Juan Francisco Casas hace aquello que la pintura lleva haciendo desde que habitamos en las cuevas, recoge el instante. Hace aquello mismo que ilustró Velázquez, el momento de un huevo frito. Extrae esas imágenes que todos hacemos con la inmediatez que nos dan las actuales cámaras de bolsillo, o de móvil, para dejarlas colgadas en la eternidad.
Y su técnica se sirve de un óleo fresco y muy luminoso, y de uno de los más humildes instrumentos de escritura, el bolígrafo bic.
No quiero decir más, os invito a ver su obra, yo he tenido ocasión este fin de semana en Madrid y me ha dejado muy sorprendido.

Triaje de urgencias

--No vamos a llegar a tiempo, no vamos a llegar a tiempo, no vamos a llegar a tiempo.
--¡Joder! ¡Fredo, joder!
--No vamos a llegar a tiempo Cristóbal…
--Dale a la puta ambulancia, dale, dale Fredo por tu estampa.
--¡Es ahí!, joder que mierda, quéessestooooo, joder tiran fósforo, ¿es fósforo? Sí, joder, ¿traémos suero suficiente, dame una vía … ¡pásame ese suero!

Llegamos al bombardeo antes de que acabaran de caer todas las piezas. Posiblemente fuera un error de tiempo de los artilleros israelitas, o un nuevo sistema. Lo habitual, después de una tormenta de unos cientos de proyectiles de fósforo, era salir zumbando con nuestra Pick-up, y un escaso equipo de material de emergencias. Evaluar rápidamente y evacuar aquellos que pudieran tener alguna posibilidad. Los triajes eran tan rápidos, que soñabas con las caras de los que habías decidido que no ibas a llevarte, sintiendo tu mano como una prolongación de la artillería judía. Aquel bombardeo fue distinto. Después de que los proyectiles de media altura sembraran las calles de quemados, y cuando los primeros auxilios empezamos a evacuar, volvieron a abrir fuego sobre la misma zona… pero un poquito más allá, justo allí donde las ambulancias empezaban a salir.
No sé si caímos en el cráter de un obús, o si el obús nos cayó encima, no recuerdo nada, nadie vio nuestro impacto. Solo note que una gran fuerza me succionó lateralmente incrustándome en el montón de tierra húmeda que acababa de abrir otra bomba. Ese fue el que dejó definitivamente a la Franja sin agua, y el que me devolvió la vida.

El Land Cruiser pick-up dejó allí sus últimos chirridos, jodida y eficaz lata... Fredo voló quince metros con él, aterrizó muy mal en el patio de un colegio, pero anda cojeando por Roma. Los cuatro heridos que llevábamos también salieron despedidos, no sabemos nada de ellos. Espero que de las últimas caras de aquel triaje de urgencias, que se quedaron sin nuestro viaje, alguna, haya sobrevivido.

dimarts, 23 de febrer del 2010

Treballar de nits


I aquest soroll? Ah! és el despertador... Encara tinc son, se'm tanquen les parpelles. Això de treballar de nits no em prova gens, no m'hi acostumo. I mira que ja porto unes setmanes.... Quina hora és? Potser que em llevi, faré tard, si no. No sé com m'ho faré. Sempre em sento neguitós mentre treballo. Aquest rau-rau a la panxa tota la nit... Enyoro els entrepans de Ca la Rita. És estrany, perquè tinc gana però, a la feina, no em puc empassar l'entrepà. On són les sabatilles? Ja m‘ho deia la Maria, l’altre dia, que quan torni a fer l’horari dels vius, hem d’anar a Ca la Rita. Em va repassar de dalt a baix i va deixar caure que estic estrany, perquè cada dia se'm veu més prim. I té raó. És aquest horari, tan sols surto de nits. Deu ser aquest horari. Mira aquest mirall. Cada dia em veig més pàl·lid, quasi transparent, com si m'estigués convertint en una ombra de mi mateix.

Quin gust sentir l'aigua de la dutxa! A veure si em desperto. Sí, que estic més prim, se'm veuen totes les costelles. No puc saber què coi m'està passant, amb aquest malestar que sento. Bé, sí, no t'enganyis, és aquesta ànsia, aquest desfici. No serviria de res que anessis al metge. Tu saps què necessites. Ara que encara estàs lúcid ho has d'admetre: hi estàs ben enganxat. Ja saps què has de fer, és ben simple, has de deixar-ho. Però no pots.

Aquesta tovallola sembla paper de vidre. Cada cop tinc la pell més sensible, hi hauré de fer alguna cosa, per més llet hidratant que em posi no hi ha res a fer. Val més que em vesteixi i m’afanyi. La vida de vigilant de nit és ben avorrida, però com a mínim puc llegir, que no em deixi el llibre. Ja sé que si em pesquen m’esbroncaran, o em faran fora, però què vols fer durant vuit hores dins un maleït vestíbul sense res més a fotre? Ja ho tinc tot?

Els llums de neó em fereixen els ulls. Tinc la gola seca. Em tremolen les mans. Sí, altre cop, ho necessito. Ho hauria de deixar, sí. Em sua el clatell, mentre camino pels carrers. Tots em miren. Tots. Ho veuen, ho deuen veure. Tots. Aquell home vell, aquella donota. Tothom amb qui em creuo, ho deu saber. Mira, aquesta noia, et mira fixament mentre et passa al davant, sap que ets un penjat, ho sap i prou, no et miraria així si no ho sabés. Es posa a caminar davant teu. Com ondula els malucs, la molt... Ella, ella, et provoca aquest desfici, altre cop. Acosta-t’hi, pallús. Tu saps com calmar-te. Quina frenada! De poc que aquest cotxe no m’envia a l’altre barri. Potser hauria estat millor. No puc apartar els meus ulls, com si m’hagués hipnotitzat. I torno a sentir aquest neguit, i no em podré controlar més. Perdo el control. Hi estic enganxat, enganxat... Corro, corro darrere seu. Mira-la, s’atura al semàfor. El carrer és desert ara mateix. M’hi acosto per darrere, l’abraço i sento el gust salat i vermell gola avall. El seu cos somort em pesa als braços, i ja em sento molt millor.

dilluns, 22 de febrer del 2010

¿Es un fake un cake sin azúcar?

"Escribo lo que siento, como lo siento y cuando lo siento. A veces a raudales, explosivo, rápido, acelerado, comiéndome a mí mismo y no entendiendo ni aquello que mis letras dicen, o lo que golpeo en mi teclado. Escribo a mano, a máquina o en ordenador, con boli, con tinta o en la playa. Me da igual el papel, la libreta, la servilleta o una teta. Escribo.

Otras veces no.

Pero siempre vivo lo que escribo, ...aunque a veces no lo escriba.

No entiendo de métodos, técnicas o animales. Ni de teorías, escuelas o ramales. Me da igual el prospecto que te curó o el best seller que no se vendió. Sí. Leo casi todo aquello que pillo, desde hace mucho tiempo por el placer de leer. He tirado libros por hermosos, para que alguien los encontrara y pudiera llorar con ellos. Y he guardado calamidades para evitar que aburrieran a las patas que con ellos se calzaran.

Olvido lo que leo, olvido lo que escribo, y leyendo a veces olvido lo que vivo.
No quiero pertenecer, ser, parecer o adecuarme ha, me da igual. Y de todo, lo que más me conmueve es aquello que me hace reír, unas veces por ingenioso, otras por inocente, dulce u ocurrente.

Esto no es un manifiesto, y si lo fuera lo sería, tampoco es nada serio, y muy en serio lo escribía."

-El entrecomillado es mío, siempre quise decir esto.
También me gustaría decir, a voz en grito en una estación:
-¡Viajeros a cien!
En primavera, sí.

La traducción es libre, aunque me consta que estas fueron las auténticas entrecomilladas palabras que inspiraron a Rusty para su Libro de África.
¿...no?

Sentir.

Dos cosas, verdaderas. Estamos vivos. Nos vamos a morir.

¿Y entre medias?

Pues eso, que cada uno le ponga la música que quiera…

La sed de las sábanas de seda

Brota silenciosa el agua transparente, sin estorbar su placidez, me procuro fresca, una poca.
Bebo silencioso el agua fresca, sin estorbar su placidez, me procuro fresco en tu
boca.
Beso silencioso una boca, sin estorbar su placidez le procuro besos a tu boca.
Boca besa plácida, sin estorbar, a una boca.

Arrimados se quedan, felices arriates, llenos de flores, regadas, reídas, soñadas en tus jardines.
Doradas balconadas, iluminados columpios que al sol pasean la felicidad de vuestras lunas.
Beberos hasta caeros de risa, escurridos por la seda que se derrame de vuestra piel. Agárrate, amor, como el brote de parra, y críame un moscatel para las noches de miel.

Corran y corran perdices, corran. Huyan raudas a sus nidos, pues estos animados enamorados las van a estofar.

Tocándonos las carnes que lían al corazón, borrachos de celebración, levantemos copas, manos, ojos y pies. Que allá arriba, en aquel balcón, esta noche sacian de amor la sed de las sábanas de seda.

(Para Eulàlia y Lluís)

dissabte, 20 de febrer del 2010

25, en fa, nostàlgia de 128



Un comentari de passada d'en Lluís al seu post d'El rei del guinardó m'ha creat instantàniament l'efecte de màquina del temps. Com sol passar, aquest tipus de viatges els fem cap al passat, endinsant-nos als pous de la memòria. El viatge cap al futur encara no s'ha produit, exceptuant aquells que es publiquen en assajos sobre prospectiva tant poc fiables com l'esoterisme i la divagació. O la literatura, és clar.

Així, vestida tan sols amb records, me n'he anat de pet cap al juliol de 1985. Havia acabat el meu primer any de carrera i estava ben tipa d'escriure els treballs a màquina, tipa del tippex i de repetir fulls i més fulls quan m'equivocava. Ni sé com, a casa el meu pare, tecnològic de mena, va deixar caure que potser necessitàvem un estri una mica més avançat que una calculadora o la màquina d'escriure; i que duia un nom ben cartesià: ordinador.
Sense saber-ne ni un borrall ens vam llençar a la recerca.

Primer ens vam dir de comprar un Commodore 64, de moda aquells dies. Però algú, imagino que algun comercial de la botiga ens va dir que allò no era ben bé un ordinador, sinó una mena de joguina per friquis programadors de basic-imagino que en aquell moment no deuria utilitzar la paraula friquis-. Descartat, doncs. En el nostre itinerari de recerca vam anar a petar a una botiga al Passeig de Gràcia -que crec que curiosament encara hi és- i allà ens van obrir un nou món: vet aquí el PC, això sí que és un ordinador. Pantalleta negra amb lletres fosforescents verdes que parpellejaven. Aquí sí, aquí no cal programar, aquí tens un wordperfect que et permet escriure allò que vulguis...

Recordo haver perdut moltes tardes recorrent moltes botigues, ens anàvem alliçonant d'aquest món nou dels ordinadors personals. I un dia, com per art d'atzar, vam entrar a una botiga on lluïa un poma multicolor al logotip.

I el món va canviar.

Pantalla petita, en color blanc en lloc de verd. Fons blanc i lletres negres, per ser més exactes. I una cosa nova, un ratolí que et permetia interactuar mitjançant una colla de menús i finestres.

Era un somni. Vam quedar bocabadats. El preu també ens va bocabadar: set-centes mil pessetones de les de llavors. Ens vam quedar sense vacances, però no ens hi vam poder resistir.

Va ser una història d'amor instantània i que va durar uns quants anys...

dijous, 18 de febrer del 2010

Olvidm

La puerta se cierra pillándole un dedo que ha dejado allí para darle color a la ausencia. El primer rojo salpica gotas, a la vez que sin sonar grita, y grita en seco silencio, ahí donde el cuello no es cuello ni garganta, donde se juntan clavículas y esternones, donde apoyas tu mano para cogerte.
Ya le sabía a hierro la boca, ya veía nublado y desenfocado. No quiere poder más. Aprieta rodilla con rodilla. Comprime cadera y muslo. Se desencaja su gesto en máscara de tristeza, y cuando las comisuras de su boca llegan a componer el punto más bajo del puchero, le abandonan las fuerzas. Vacía su cuerpo de orines y lágrimas, babea su nombre de saliva, sangre y astillas.
Antes, desde el blanco pasillo, le había gritado que era idiota, mientras esperaba el ascensor y con la puerta del piso de par en par.
No le miró, abrió la puerta de la jaula que se llevaría su olor, y cuando la luz del rellano se apagaba, le dijo su última voluntad. En ese momento su desprecio era tan grande, que anuló las últimas vocales, las que dicen amé, borrando toda posibilidad: olvidm.

dimecres, 17 de febrer del 2010

Símbols nacionals (2)



Ara fa uns dies parlava dels símbols nacionals, d'origen militar, que perduren encara en els referents de cada país. No hi ha qui se n'escapi: tot estat, tot país, tota nació, té el seu himne, la seva bandera. El col·lectiu s'aixopluga sota aquests símbols, intentant protegir-se d'allò que li és desconegut. Aquest aixopluc no sempre es dóna sota un símbol nacional. Les empreses també lliuren les seves batalles. Al mercat. Jo sóc del Cola Cao, tu del Nesquik. M'agrada conduir o tinc Clase. Es creen els seus propis escuts sota el nom de logotips per aconseguir diferenciar-se de l'enemic, i lluiten, potser en un camp de batalla anomenat mercat o bé disfressats de patrocini en clau de Fórmula 1, o d'equip de futbol. Amb banderes pròpies i la mateixa testosterona. I llavors, vinga, tots a sentir els colors, que diuen. I els seguidors se'ls pinten a la cara, a joc amb la bufanda-bandera que porten al coll, canten l'himne, i se'n van a veure el partit. El paral·lelisme és tan obvi que ni caldria fer-ne esment. Què és el futbol sinó una metàfora del camp de batalla? Uns colors, un escut, una bandera, un himne. Ben bé com els països, ben bé com els exèrcits. Sóc blaugrana o sóc merengue, tinc els meus colors. I els teus no em valen. Tu, ets dels altres. Tan excloents com els símbols nacionals. Calcats.

Aquest símbols col·lectius em deixen una profunda sensació de desassossec. Apel·len a sentiments primaris de pertinença de grup i són fàcilment manipulables. Són sentiments de masses, i la massa és poc crítica. Tu, a qui no t'agrada al futbol, un dia et conviden a anar a presenciar un partit. No pots deixar d'anar-hi, per veure-ho en directe, al menys un cop a la vida... I et trobes de sobte alçant-te i celebrant un gol enmig d'una massa embogida. I què coi hi fas tu aquí? Tens a veure amb tots els que t'envolten? I tanmateix, t'alces, celebres el gol i la massa t'ha engolit, ni que sigui per uns segons.

Tots sabem com els feixistes alemanys van saber crear els símbols i els moviments de masses:
Troba les circumstàncies socials adequades: una mica de crisi, una classe social fragmentada. Agafa un símbol: l'esvàstica o la senyera, tant és; una salutació; un uniforme. Agafa un cap de turc, siguin jueus o immigrants, aquells que cal controlar, dóna'ls la culpa de totes les coses negatives que passin. Implanta el règim de la por. I aquell qui no pertanyi al grup, fes-lo fora... Barreja tot això i tindràs un còctel explosiu, profundament perillós. Terrible.

Més o menys aquest procés és el que ens intenta explicar la pel·lícula Die welle (La ola). Basada en uns fets reals passats a Califòrnia, però resituats a l'alemanya actual, la pel·lícula ens explica això: com un mestre intenta fer un experiment per explicar l'autocràcia i es troba que se li escapa de les mans i acaba creant un grup feixista quan el que pretenia era mostrar-ne els perills.

Cal que em preocupi? Darrerament veig símptomes que em fan sentir que ens movem per terreny pantanós: un jutge és processat per fer la seva feina investigant el franquisme, per un crim que està sota les seves competències emparat per la jurisdicció universal; un context econòmic precari; el grup dels nouvinguts a qui poder donar les culpes; esglésies recalcitrants que no tenen escrúpols en fer tota mena de manipulació política enlloc de mantenir-se en el terreny espiritual; periodistes que no tenen vergonya en manifestar idees feixistes i discriminatòries...

Em temo que cal estar atents.

dijous, 11 de febrer del 2010

Símbols nacionals (1)



Estem envoltats de símbols. Obrim els ulls al matí i uns numerets simbòlics a la pantalleta del despertador ens fan fora del llit, ens mostren el temps inexorable. El termòmetre simbolitza el fred que ens fueteja les galtes. De símbols n'hi ha de moltes menes i no són necessàriament negatius. Són una representació d'una realitat més àmplia que sintetitza, aglutina, fa el missatge més senzill. Entenedor. Simple.

Però els símbols tenen també un costat fosc i tèrbol. Els símbols en tan que ens marquen ens creen un sistema de pertinença a un grup, ens oposen per exclusió. Tu no ets del meu grup, perquè no et poso sota el meu símbol. No ets com jo. Ets diferent. Tenim tendència a les matemàtiques, a fer grupets, a fer classificacions. Com en cercles concèntrics, des de petits anem fent grupets excloents, marcant les diferències: tu ets nen, tu ets nena; tu ets de la classe dels gegants, jo sóc de la dels patufets; de l'escola x, jo de la z; del Poble sec, jo de Sarrià; de Barcelona, de Sabadell; de Catalunya, d'Espanya...

No ens adonem que aquestes classificacions són excloents. La cosa arriba al seu grau màxim quan arribem als símbols nacionals. Heretats de l'edat mitjana fosca i violenta, alhora heretats dels romans, d'una organització militar impecable: un escut, una bandera, un himne, els estendards. Les lleis avalen els símbols nacionals, els donen relleu. Una bandera per damunt de les altres. Et poden processar per cremar una bandera, o bé una fotografia reial. Fa unes setmanes comentava la necessària retirada de símbols de les aules. En aquell moment em referia en concret als crucifixos, però apuntava també la necessitat de treure algun altre símbol com les fotografies dels reis. Estic convençuda que si algú gosés fer una proposta com aquesta (seriosament, vull dir) sortirien tantes veus escandalitzades com en els cas dels crucifixos. Eliminar el monarca? El símbol de la "pàtria", el cap d'estat!

La bandera, l'himne, em simbolitza -diuen-: qui sóc, d'on vinc, què em fa diferent de tu. Pretenen fer-nos membres d'una "comunitat" i curiosament aconsegueixen just el contrari, excloure'm de les coses bones que els altres em poden oferir. Ens fa fixar-nos en allò que ens fa diferents, enlloc de fixar-nos en allò que ens uneix.  L'herència de la testosterona desfermada.

Em sento ciutadana del món. Quina és la meva bandera? Em cal?

dimecres, 10 de febrer del 2010

L'home que porto dins




Allà als vuitanta, en plena adolescència, recordo haver caminat pels passadissos de l'institut. Era l'època de la Riell primerenca. En algunes estones lliures anàvem al bar d'allà a la vora, o ens assèiem a les escales a parlar. Teníem llargues tertúlies amb la meva millor amiga, parlàvem de temes més o menys profunds, d'avortament, d'eutanàsia, de les drogues, de violència, de pena de mort. Potser desconeixíem qui era Carl Jung, tot i que segurament havíem sentit a parlar de Freud. Parlàvem de llibres, de literatura, de les aventures que ens quedaven per viure.

I també parlàvem de nois. Recordo xerrades durant les quals posàvem en comú què era allò que ens agradava dels nois. Durant aquelles llargues converses, vàrem constatar que justament els homes que ens agradaven tenien elements femenins, o que els elements femenins se'ns feien més patents a nosaltres. I que efectivament res no tenien a veure amb la seva inclinació sexual. Ni amb un amanerament, ni en res que se li assembli. Simplement tenien quelcom de femení. Durant aquelles converses, no recordo en canvi que ens adonéssim que al nostre interior hi havia també elements masculins.

Amb els anys, m'ha anat resultant evident que jo no me n'escapo, que tinc elements masculins que completen els femenins. Mai m'he sentit identificada amb aquella famosa afirmació que va fer fortuna a nivell popular, com a títol d'un llibret mediocre, per no dir directament dolent, i de dubtosa vàlua científica: "les dones no saben llegir els mapes", tampoc no combrego amb l'afirmació que el títol aplica al gènere masculí, que els homes no sàpiguen tenir converses o no sàpiguen escoltar. Entre els meus millors amics -homes-, compto amb grans conversadors. Un exemple més d'èxit comercial renyit amb la qualitat. Aquestes dues constatacions personals em donen raons suficients per considerar el llibre una gasòfia.

En aquelles converses adolescents, sense saber-ho, vàrem descobrir Jung, vàrem descobrir que tots dins nostre tenim elements masculins i elements femenins. L'home que estimo en concret té molts elements femenins. Els aprecio i els valoro. I el trobo -per això me l'estimo- en just equilibri. Espero que ell trobi en mi l'equilibri entre els meus elements masculins i femenins, també.

En aquesta vida -qui sap?- tot es tracta d'un sistema de balances. I de trencar estereotips.

dilluns, 8 de febrer del 2010

Síndrome de la sensibilitat química múltiple (SQM)


O bé síndrome químic múltiple, com resulta que és conegut internacionalment. Una malaltia complexa no tan sols des de la perspectiva mèdica sinó també jurídica, legal. Els virus, especialment si tenen la primera lletra de l'abecedari, no tan sols obtenen reconeixement legal sinó que també gaudeixen d'un pressupost molt generós. Entre els nostres amics tenim l'amic Salvador Macip, de qui n'esperem una opinió. No passa el mateix amb la malaltia que has pogut llegir a la wikipèdia: la SQM viu sense aportacions.
Es calcul·la que a l'estat espanyol, la SQM la podria arribar a sofrir el 12% de la població, que no sembla una xifra gens menyspreable. Seré jo el proper pacient? Seràs tu?
Alguns jutges d'alguns jutjats han considerat que era una bona causa per a la invalidesa, però resulta que l'Institut de la Seguretat Social (l'ICS, aquí) no el té catalogat. Catalogat? De fet, la Seguretat Social se suposa que vol evitar haver de fer front (eufemisme per pagar) uns treballadors incapacitats. Fora del catàleg, la malatia esdevé invisible. Malalt o no, no hi ets.
Es tracta d'aquella solució medieval del nominalisme: allò que té nom, és. Allò que no té nom, no és. L'Umberto Eco va construir l'embrió dels Best-sellers moderns a partir d'una disputa nominalista medieval: El nom de la rosa deu el títol a la visió nominalista del món.
Prò no hi ha filosofia a la pàgina enllaçada. Ni medieval ni contemporània: hi ha dolor de veritat. Dolor humà. Hi ha el mal i la seva resposta maligna, proferida des de les instàncies del poder. Hi ha la veu humana del dolor, que assoleix orelles, cors. Hi ha una veu tan humana com la meva, com la teva. Ella es diu Eva Caballé.
Avancem envers un món salvatge. Les indústries del futur cotitzen a l'alça malgrat les crisis. Potser mengem  i vestim i ens dutxem i ens rentem les dents amb coses estranyes.
El doctor Carbonell diu que l'home d'Atapuerca estava dissenyat tal com nosaltres, i no obstant nosaltres li hem afegit ingredients contra els quals podria no tenir resposta prevista.
Què passaria si un dia, Barak Obama desenvolupés la SQM? I si li passés a José Luis Rodríguez Zapatero?
La Seguretat Social discreparia igualment si Mariano Rajoy fos diagnostiscat de SQM?
És això? Hem de demanar a la deessa de la Fortuna que Esperanza Aguirre mostri la síndrome?
A què juguen amb els diners? Salvada la banca santanderina, que m'ho expliquin. M'espero. Senyor Zapatero, m'espero dos o tres dies. Vós, que també sou fill (o nét) dels perdedors, vós deveu saber què cal fer amb els qui sofreixen sense un nom que els posi nom al seu dolor.

diumenge, 7 de febrer del 2010

Una de fums


Vaig penjar el telèfon, perplexa. Feia tan sols un any que treballava per l'Administració i encara no m'havia trobat en una situació com aquella. Era cert que potser treballava en una unitat atípica, perquè a banda de la gestió de les subvencions, la resta tenia força més creativitat que la que jo, a priori, li hauria atorgat. O bé és que vaig entrar amb molts prejudicis al cap.  L'ambient era distès però es treballava de valent. Resultava evident que la unitat era més aviat petita, i no ens acabàvem la feinada que tenien per fer. Sincerament, no sabia molt bé com respondre les bromes sornetes sobre els funcionaris que em feien els meus amics quan sortíem els dissabtes al vespre.

Feia uns dies el director m'havia encomanat una gestió. Havia convidat el director d'una institució de Madrid per participar a una conferència i es tractava de fer-ne el seguiment.

Després d'explicar de què es tractava i començar a parlar d'aspectes pràctics, la secretària em va deixar caure un, imagino que el bitllet que li pagareu serà en primera, i jo vaig respondre amb un vague, ja ho consultaré, tot i que ja sabia que la política que s'emprava era abonar tan sols bitllets en classe turista.  Vaig percebre la lleu amenaça amagada rere la pregunta. Si no em pagueu el bitllet en primera, no vinc. Així de simple, així d'abusiu.

El meu director es va negar a fer cap gestió per satisfer els desitjos de grandesa del convidat. Estem parlant de diner públic, de cap manera. Com a mínim treballava per algú que ho tenia clar, que tenia present de qui eren els diners que gestionava. Vaig repetir a aquella secretaria quina era la política en temes de bitllets, qui va prendre nota i va dir breument que ho diria al seu director.

Tot just ara m'havia arribat la resposta. Qui sap si aquella secretaria s'avergonyia de la raó, però al llarg dels anys era clar que havia aconseguit trobar un ventall de fórmules per transmetre la decisió. Unes fórmules que la dissimulés, al cap i a la fi ella li feia la feina bruta a canvi d'un salari amb el qual poder alimentar els fills. Lamento comunicar que el meu director no vindrà a Barcelona i no caldrà que li tragueu cap bitllet. Feia falta res més? No, tan ella com jo en sabíem la raons.

Però no per això podia sortir de la meva perplexitat.

A la taula del costat, l'Olga va somriure maliciosament. Ella portava molts més anys a l'esquena resolent aquest tipus de qüestions. Em va explicar que aquest tipus d'actituds altives eren habituals. Especialment en persones mediocres.  I va assegurar-me que feia pocs anys, amb crisi o sense, els governants s'haurien baixat els pantalons, li haurien posat una catifa vermella i ves a saber què més. Avui per tu, demà per mi...

dijous, 4 de febrer del 2010

Biogeografia del cos (2)



El meu cos,
com una illa,
s’alça al bell mig del mar,
que és aquest llit.

Vine,
navegant,
a descobrir la geografia del meu cos,
que es deleix per rebre’t i acaronar-te.

Explora’m,
amb delit,
investiga les meves valls abruptes,
passeja per les planes del meu ventre,
escala les muntanyes dels meus pits.

Refugia’t,
nàufrag,
a les meves coves secretes,
recers humits i càlids
que esperen per acollir-te.

I gaudeix,
explorador,
de la calidesa del paisatge,
amb milers de recons inexpugnables
que queden, encara,
per descobrir.
Related Posts with Thumbnails