dijous, 25 de febrer del 2010
A la coda
Pocas veces, contadas, un libro, un disco, un cuadro, una foto, me llevan a escribir algo. Me quedo paladeando el buen gusto que me han dejado, produciéndome a la vez una sensación de vacío, como si la tensión emocional de querer devorarlo adecuadamente, se llevara toda posibilidad de poder expresarme sobre lo sentido.
Creo que también es un miedo a la majestad, un miedo a no querer compararme con la belleza sublime de un texto perfecto, de no encontrar el adjetivo a ese color, a ese encuadre que yo no vi cuando fotografié el mismo rincón.
La contra la tengo con los sentimientos que me producen los humanos, y mira tú que no puedo parar de cascar de unos y otros, y venga y dale, y fíjate tú el fulanín y la menganilla, y date cuenta de esto que es y no es y lo mal que lo van y lo bien que lo dicen, y de que manera se lo comen, y venga, y dale que dale que dale.
¡Pero si de algo soy un experto en el arte de la descripción de especies!...
¡Pero si por algo cursé matemáticas avanzadas en el Centro de Cálculo de Espías Especiales Espaciales!...
Es:… (chán chán chán chánnnnnn) para traeros de nuevo al desconocido y esperado: ¡¡¡MUNDO ZROLLI!!!
(Próxima aparición en tu blog, nuevas aventuras de Cris, nuevas intervenciones de hermosos arcángeles, y la esperada reaparición de Niki y su deseada cola)
(No dejes de leer el siguiente capítulo: “Me maquillo mal mientras me miras, me mata”). Coda.
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Mmmmmm!
ResponEliminaiupi! :)
ResponEliminaCristóbal, ja ens pots imaginar a tots, buscant cadira a la fila 7 i frisosos per tal que comenci la funció.
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